Un año más estamos aquí. Con las pilas cargadas, el móvil a rebosar de fotos, los ojos llenos de novedades y el ritmo cambiado. ¿Cómo de dura puede ser para ti la vuelta a la normalidad? Aclimatarnos de nuevo a los horarios, a las comidas, a las rutinas… Regresar al puesto de trabajo con sus montones de asuntos pendientes, retrasados o aplazados. Volver a lidiar con los problemas de cada día: desde el pesado del vecino, las facturas disparadas, las obras en la calle,… Y todo con el bolsillo más vacío por los extras del verano. Menudo panorama ¿no?
Sin embargo, hay algo agradable en el regreso. Lo principal, volver sanos y salvos, cuestión bien importante, sobre todo en los tiempos que corren. Pero además tener un lugar al que volver, nuestro lugar, es un privilegio que no todos pueden disfrutar. Podemos volver a valorar cosas cotidianas y pequeñas que no teníamos durante el tiempo de vacaciones o de viajes. Esa cafetería del desayuno mañanero o volver a disfrutar de un concierto o una obra de teatro. Tenemos amigos a los que volver a ver y con los que compartir las experiencias vividas. Podemos retomar lo que dejamos a medias con otra perspectiva. Porque la persona que vuelve no es la misma, no somos los mismos. Aunque solo sean unos días los que nos separen de quienes éramos al marcharnos. Hemos regresado y ahora a todo podemos darle la oportunidad de volver a ser o de ser nuevo.
Sea como sea, en Close nos alegramos de teneros aquí de nuevo: bienvenidos a Laura & Friends.