Diciembre es algo a lo que estamos muy acostumbrados, pero que nos sigue sorprendiendo. La palabra deriva del latín decem, que significa diez, porque originalmente era el décimo mes del año en el calendario romano de Rómulo que tenía solo diez, comenzando en marzo y terminando en diciembre. Los meses de enero y febrero se añadieron más tarde y diciembre pasó a ser el duodécimo mes en el calendario juliano que conocemos hoy. “Nació” de manera especial y sigue siendo muy especial en muchos aspectos. Marca el final del año lo que, a menudo, lleva a la reflexión sobre lo pasado y la anticipación de lo que vendrá. También está asociado al solsticio de invierno, que marca el día más corto del año y nuestra relación con la luz y el renacer.
Diciembre incluye dos de las festividades más conocidas del mundo: la Navidad cristiana (que “recoge” una celebración de origen pagano) y la Nochevieja, fiesta universal por excelencia. Para muchos, tiempo de reuniones familiares o amicales que suelen incluir decoraciones, intercambio de regalos y comilonas. Sorteos extraordinarios de lotería o eventos de beneficencia. Pero además de la Navidad, existen celebraciones igual de importantes en el mundo, como el Hanukkah, festividad judía que dura ocho días o el Kwanzaa afroamericano, que se celebra del 26 de diciembre al 1 de enero.
En la noche del 31 de diciembre, en España, es tradición comer 12 uvas a la medianoche, una por cada campanada del reloj con el fin de atraer la buena suerte para cada mes del nuevo año.
En Italia se come “cotechino”, un embutido de cerdo que, según la tradición italiana, es símbolo de abundancia, fecundidad y fuerza espiritual, junto con lentejas, símbolo de la buena suerte.
Los chinos retrasan un poco el evento: su Año Nuevo se celebra entre el 21 de enero y el 20 de febrero. Las familias se reúnen para cenar, se realizan danzas del dragón y se lanzan fuegos artificiales para ahuyentar a los malos espíritus.
En Escocia también se celebra con fuegos y fiestas en las calles e incluyen tradiciones insólitas como el «first-footing», donde la primera persona en cruzar el umbral de una casa después de la medianoche traerá la buena suerte.
El día de Año Nuevo en Japón, Shōgatsu, se celebra limpiando la casa, decorándola con elementos tradicionales y disfrutando de comidas como el «osechi» y los fideos «toshikoshi soba».
En Ecuador, es común hacer muñecos de trapo que representan el año viejo. A medianoche, se queman en las calles como una forma de dejar atrás lo negativo del año que se va.
En Sídney, la última noche de diciembre se celebra con un impresionante espectáculo de fuegos artificiales sobre la Ópera de Sídney y el puerto, atrayendo a miles de personas.
Diciembre es sinónimo de nuevas oportunidades y renovaciones, un momento ideal para escoger nuestros rituales o ceremonias favoritos que simbolicen el cierre de ciclos y la apertura a nuevas energías. Desde close, centrados siempre en la comunicación y la escritura, os invitamos a escribir nuevas ideas e intenciones y convertir ese escrito en un ritual específico que resuenen en nuestro interior. ¡Felices Fiestas a tod@s!