El poder de la etiqueta… líquida.
A estas alturas, no hay nadie que desconozca el concepto de “liquidez” aplicado a todo: a la vida, al marketing, a la pareja, ... Bueno, casi nadie, va.
Sentir. Hay quien considera que los sentimientos también son líquidos: fluyen, no se paran (o sí se-paran), se quedan apenas unos segundos varados en la orilla del compromiso y siguen su curso, sin rumbo fijo, sin un mar que les acoja, sin un puerto que les resguarde.
Temer. El temor de vernos atrapados...